El recto es la parte final del tubo digestivo y desemboca al exterior a través del ano. La incidencia de cáncer colorrectal en España es de más de 32.000 nuevos casos cada año por lo que es el primero en incidencia y constituye la segunda causa de muerte por cáncer.
Los síntomas del cáncer colorrectal dependen de la localización. Los síntomas más frecuentes son la alteración del tránsito intestinal (alternando estreñimiento o diarrea), la expulsión de sangre y/o moco por las heces, el dolor abdominal de tipo cólico, y el síndrome constitucional (cansancio, pérdida de peso no justificada y pérdida de apetito). En los tumores de sigma y recto, uno de los síntomas más frecuentes es la hemorragia rectal (asociada o no a las deposiciones), acompañada de diarrea o expulsión de heces de menor calibre, y tenesmo tras la deposición. Si el tumor invade órganos vecinos, podrá ocasionar síntomas urinarios y fístulas, así como dolor.
Los factores que incrementan el riesgo de padecer cáncer de recto son:
Para el diagnóstico del cáncer de recto, el médico realiza de forma estándar una exploración física, para poder distinguir signos de anemia, así como la palpación de una masa abdominal. En otros casos, la determinación de sangre oculta en heces, ha demostrado ser eficaz en el diagnóstico precoz, aunque la prueba más eficaz para el diagnóstico certero es la colonoscopia
Con el fin de determinar el tratamiento más adecuado para el cáncer de recto, es importante conocer la extensión de tumor. Dependiendo de si el tumor está confinado al recto, invade estructuras vecinas u órganos a distancia, el tumor se clasifica en diferentes estadios. Existen dos sistemas de clasificación del cáncer de recto, que se usan para determinar el estadio y el tipo de tratamiento más adecuado en cada caso.
La presencia de metástasis ganglionares incrementa el riesgo de recidiva de la enfermedad tras el tratamiento. Es aconsejable extirpar al menos 12 ganglios linfáticos regionales para determinar correctamente el estadio de la lesión..
El cáncer de recto se diferencia del resto del cáncer de colon, en que el riesgo de recidiva (recaída) locorregional es mayor y requiere, en muchos casos, tratamientos complementarios a la cirugía (quimioterapia y radioterapia). El abordaje debe ser multidisciplinar: oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, además de radiólogos y cirujanos especializados en este tipo de enfermedad.
El estadio del tumor es el principal factor pronóstico (depende del tamaño del tumor, de la presencia o no de metástasis ganglionares y de la presencia o no de metástasis en otros órganos).
Las metástasis en ganglios pélvicos aumentan considerablemente el riesgo de recurrencia locorregional de la enfermedad tras el tratamiento.
Por tanto, la supervivencia a los 5 años tras el diagnóstico varía en función del estadio, siendo para los tumores más precoces del 70-85% y para los estadios más avanzados inferior al 20%.
Otros factores que influyen en el pronóstico son:
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